Addenda Architects

Entrevistamos a Addenda Architects ganadores del concurso del nuevo museo de la Bauhaus en la ciudad alemana de Dessau. Ganar un concurso de tales magnitudes no ha cambiado en nada a estos cinco jóvenes arquitectos.
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“La elec­ción de los ma­te­ria­les se hace en fun­ción de su ne­ce­si­dad más di­rec­ta, el más ade­cua­do des­de el pun­to de vis­ta fun­cio­nal y eco­nó­mi­co”

 

Habéis conseguido un éxito sin precedentes, ganar el concurso para el proyecto del nuevo museo de la  Bauhaus en Dessau desbancando a más de 800 estudios de arquitectura de todo el mundo. ¿Cómo lo vivisteis?  ¿Es un sueño hecho realidad?


Lo vi­vi­mos con mu­cha ex­ci­ta­ción, fue in­creí­ble cuan­do lle­gó la lla­ma­da, nos cos­tó un tiem­po asi­mi­lar­lo. Ga­nar un con­cur­so in­ter­na­cio­nal para una ins­ti­tu­ción de esta im­por­tan­cia es un sue­ño que nun­ca pien­sas que va­yas acon­se­guir, sin­ce­ra­men­te no es algo que ten­gas como ob­je­ti­vo.


¿Cómo fue el proceso, desde el  momento en que se abre el concurso  internacional hasta que ganáis el proyecto? ¿Addenda, tal como es hoy, surge de esa ilusión?


Así es. Fue un pro­ce­so de casi un año en tres fa­ses. Nos pre­sen­ta­mos ocho­cien­tos equi­pos y en una pri­me­ra fase se­lec­cio­na­ron a trein­ta, de los que, me­ses más tar­de, que­da­mos solo dos: un des­pa­cho de Nue­va York y no­so­tros.


¿Qué es lo que tiene vuestro proyecto para haber sido los elegidos? ¿Habéis sabido captar mejor que los demás la estética y filosofía Bauhaus?


Ese era un tema com­pli­ca­do. La Bauhaus está tan pre­sen­te que pre­ci­sa­men­te lo que in­ten­ta­mos fue abor­dar el pro­yec­to abs­tra­yén­do­nos y no pen­san­do en ella. He­mos dado una res­pues­ta cla­ra al pro­gra­ma y al si­tio: por un lado en­ten­dien­do que el mu­seo tie­ne que ser un edi­fi­cio de­di­ca­do aal­ber­gar una co­lec­ción, y por otro, sien­do cons­cien­tes de que su in­te­gra­ción ur­ba­na vie­ne dada por el uso, por lo que su le­van­ta­mien­to en un par­que pú­bli­co no po­día su­po­ner un obs­tácu­lo. Esos dos ges­tos fue­ron los que nos hi­cie­ron pa­sar a la se­gun­da fase.


Vuestra idea de proyecto va más  allá y no pretende imitar el estilo  Bauhaus, pero se quieren conservar ciertos detalles propios de la escuela, como los interruptores originales de Berker, en su versión actualizada. ¿Es una forma de mantener viva la esencia y valores de la Bauhaus?


La in­ten­ción es pro­mo­cio­nar la Bauhaus del si­glo XXI, no­ve­do­sa, ac­tual y sin re­pe­tir lo mis­mo que se hizo.Pero aun­que ése es el pun­to de par­ti­da, es ver­dad que hay cier­tos di­se­ños y ob­je­tos de la Bauhaus que si­guen fun­cio­nan­do muy bien, como es el caso de los in­te­rrup­to­res ori­gi­na­les Ber­ker. En ese sen­ti­do, no­so­tros no he­mos te­ni­do nin­gu­na vo­lun­tad de bus­car algo nue­vo, pues nos ha pa­re­ci­do la op­ción más na­tu­ral. Real­men­te nosen­ca­ja y nos gus­ta.


Las series berker tienen una gran calidad y destacan por la excelencia en su producción. ¿Qué tipo de materiales incluiréis en vuestro proyecto?


La elec­ción de los ma­te­ria­les se hace en fun­ción de su ne­ce­si­dad más di­rec­ta, el más ade­cua­do des­de el pun­to de vis­ta fun­cio­nal y eco­nó­mi­co. Si apa­re­ce una nue­va ne­ce­si­dad, la res­pues­ta más di­rec­ta a esa ne­ce­si­dad es un va­lor en sí mis­mo. Pen­sa­mos que no es una de­ja­ción del di­se­ño, sino una apues­ta por un tipo de di­se­ño. Y en ese sen­ti­do, la elec­ción de los ma­te­ria­les ha ido en con­so­nan­cia. Lo mis­mo se apli­ca en cada es­ca­la del pro­yec­to: des­de los me­ca­nis­mos, el mo­bi­lia­rio, las pa­re­des se­cun­da­rias o las pa­re­des es­truc­tu­ra­les.


¿A lo largo de las décadas, de qué forma los mecanismos berker han sabido mantener la modernidad, calidad y funcionalidad propias de la Bauhaus?


Sien­do fie­les al ori­gen de esos di­se­ños. Pri­me­ro está la fun­ción a  desa­rro­llar, la cual tie­ne que es­tar aso­cia­da a una in­dus­tria que esté de­trás y que la pue­da pro­du­cir al más alto ren­di­mien­to. Y para la Bauhaus siem­pre ha sido im­por­tan­te que la ter­ce­ra cues­tión sea un buen di­se­ño. Un di­se­ño pen­sa­do para todo el mun­do. En el mo­men­to en el que de­jas uno de es­tos bra­zos te que­das solo con lo fun­cio­nal o con la pro­duc­ción, y en con­se­cuen­cia pier­des ca­li­dad. Los me­ca­nis­mos ber­ker se han adap­ta­do per­fec­ta­men­te y si­guen sien­do de gran fun­cio­na­li­dad, de  gran ca­li­dad y con el me­jor di­se­ño.